Las criptomonedas tienen una historia relativamente corta pero fascinante. Bitcoin, la primera criptomoneda descentralizada del mundo, apareció en escena en 2009, diseñada para funcionar como una forma de moneda digital que opera independientemente de las instituciones financieras tradicionales. Fue la creación de una persona o grupo de personas que actuaban bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, y en ese momento, pocos pensaban que tendría el impacto que tuvo.
Hoy en día, es seguro decir que las criptomonedas se han vuelto convencionales, con más de diez mil monedas flotando en internet y casi todas las empresas del planeta buscando aprovechar la tecnología blockchain y la inmutabilidad de las transacciones que proporcionan estos registros digitales.
Naturalmente, entre los sectores que han adoptado el dinero virtual con los brazos abiertos se encuentran las industrias del juego y las apuestas. La mayoría de los sitios de juego de azar, es decir, plataformas como casinos en línea de Australia, aceptan hoy en día criptomonedas para apostar en juegos de azar, y lo mismo ocurre con muchas empresas de fama internacional que ofrecen juegos multijugador o venden artículos digitales dentro del juego. Por lo tanto, a continuación, explicamos por qué Bitcoin y sus muchos competidores tienen un nivel tan alto de atractivo en el ámbito de los juegos.
Anonimato
Sin lugar a dudas, esta es la razón principal por la que los jugadores adoran las criptomonedas. El dinero virtual permite a las personas realizar transacciones entre sí sin revelar ninguna información personal. Esto no sólo aumenta la privacidad, sino también la seguridad. Aunque muchas marcas intentan ahora cumplir con los procedimientos KYC (Conozca a su cliente) y AML (Antiblanqueo de dinero) y piden a los usuarios de criptomonedas que proporcionen documentación que verifique su identidad, no todas lo hacen, lo que deja espacio para jugar y apostar en línea de forma secreta.
Conveniencia y rapidez
Cuando la gente paga algo a través de la Web o intenta realizar cualquier tipo de transacción monetaria en dinero fiduciario, la transferencia tarda cierto tiempo en realizarse, a pesar de la naturaleza automatizada de la mayoría de los sistemas. Los bancos tienen un horario laboral, y las transacciones que pasan por la mayoría de estas instituciones financieras tienen que procesarse sólo durante los días laborables, cuando los empleados están en sus puestos. Las criptomonedas eliminan todo eso, ya que las transacciones en blockchains como Solana y Ripple se realizan en segundos, a cualquier hora del día, de la semana o del mes. Las transferencias de Bitcoin, en promedio, se realizan en unos cuarenta minutos. Pero cabe señalar que la velocidad de cualquier transferencia de criptomonedas depende en gran medida de la saturación de la red.
Costes de transacción más bajos
Todo el mundo sabe que los bancos pueden cobrar comisiones considerables y, a pesar de que muchos monederos electrónicos se anuncian como soluciones con bajas comisiones, algunas de las opciones más populares del mercado siguen cobrando un 2% por transferencia. No se trata, pues, de una cantidad insignificante. Las criptomonedas, por otro lado, cobran mucho menos, con opciones como Stellar (XLM), Ripple (XRP), Binance Coin (BNB) y Nano (NANO), que se clasifican como las opciones de menor coste, con comisiones que a menudo suman sólo una fracción de un céntimo.
Accesibilidad mundial
Lo mejor de los sistemas financieros descentralizados es que no imponen ninguna restricción geográfica, lo que permite a jugadores y apostadores de cualquier parte del planeta utilizarlos en igualdad de condiciones, ampliando las oportunidades y fomentando la inclusión. Nadie se ve discriminado por el subdesarrollo de la economía o las instituciones de su país, ya que todo el mundo puede poseer criptomonedas y realizar transacciones en blockchains en igualdad de condiciones. Y eso es estupendo.
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